La obesidad infantil se vence en casa

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  1. Isabel C.
     
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    una epidemia emergente La obesidad infantil se vence en casa
    El programa "¡Niñ@s en movimiento!" aborda de forma integral el sobrepeso de menores de 7 a 12 años
    nekane lauzirika - Domingo, 21 de Febrero de 2010
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    Lo ideal es que los niños y las niñas se acostumbren a hacer cinco comidas diarias. (FOTO DEIA)
    Bilbao

    Del sonrosado bebé mofletudo al niño gordito sólo hay un paso y al parecer con el abandono de nuestras tradicionales dietas lo estamos dando en la peor de las direcciones: la que aboca a la obesidad.

    Sustituimos con cantidad y sabores de moda la calidad y buenos hábitos alimenticios, al tiempo que los videojuegos suplantan a la comba o el patinete. Alimentación desequilibrada de medio ganchete con el sedentarismo, una entente mortal bomba de relojería contra la salud: obesidad infantil.

    Porque los malos hábitos alimentarios y la falta de ejercicio son los culpables de que en el Estado las cifras de prevalencia del sobrepeso y la obesidad en niños y niñas empiecen a dibujarse en negro. Unos hábitos equivocados no sólo culpa de los pequeños, ya que en la mayoría de los casos el problema tiene su origen en el núcleo familiar.

    En el País Vasco, la obesidad infantil también se ha triplicado en los últimos quince años, situándose en el 13,9%, y el número no deja de crecer. Somos una población heredera de genes ahorradores de energía, en un tiempo en que no precisamos esa reserva.

    "Se está dando un incremento del consumo de comida rápida, que, por regla general suele ser hipercalórica, hipergrasa e hiperproteica. Asimismo, contiene más sodio de lo normal y se suele acompañar de un refresco, que tiene un altísimo contenido en azúcares de absorción rápida. El tipo de sociedad en el que estamos inmersos, las prisas con las que nos sentamos a comer, con unos padres y madres que trabajan, nos está llevando a ello. Todo esto se completa con un sedentarismo cada vez mayor", reconoce la pediatra bilbaina Magdalena Aga.

    ¿Por qué esta epidemia emergente en niños es tan difícil de tratar? "Una vez instaurada la obesidad, los resultados en los tratamientos son desalentadores". Estos malos resultados llevaron hace dos años a esta especialista a interesarse por el programa ¡Niñ@s en movimiento! que se estaba llevando a cabo, con excelentes resultados, en el Hospital Vall d"Hebron de Barcelona; la iniciativa la conquistó desde el principio.

    cambio de hábitos "El programa ha conseguido facilitar la pérdida de peso y modificar los hábitos alimentarios y los trastornos emocionales que contribuyen a desarrollar la obesidad, en niños de entre 7 y 12 años. Se dirige también a la familia, porque se parte de la premisa de que el cambio es necesario que se haga en todos los miembros familiares para evitar el fracaso del niño", añade.

    Animada por los resultados obtenidos y con los conocimientos adquiridos durante meses en el hospital catalán, y junto a la sicóloga Leire Alkorta, fue lo que le decidió a poner en marcha ¡Niñ@s en movimiento! en el Instituto Burmuin de Bilbao.

    El programa estructurado en once sesiones grupales de 90 minutos de duración y periodicidad semanal, con los niños y sus familias de forma separada, emplea "técnicas de reeducación cognitivo-conductuales y afectivas" como cuentos y registros de conducta, para abordar temas relacionados con la alimentación, la emocionalidad y los estilos de vida".

    Como el control de la dieta no resulta suficiente para que estos chavales consigan reducir kilos, lo que se les enseña en el programa son hábitos alimentarios. "No una restricción dietética, sino aprender a comer bien, de forma variada y equilibrada. El objetivo es lograr que aumenten su autoestima".

    Consciente de que el programa va dirigido a niños, Magdalena Aga sabe que el éxito de la prevención del sobrepeso no se puede basar en una estricta prohibición dietética. "La familia debe de comer igual. Suele ocurrir que las madres alimentan de forma distinta a sus hijos, según el peso; es un error. Hay que apostar por la homogeneidad alimenticia desde el principio", advierte.

    Otra de las características de ¡Niñ@s en movimiento! es que fomenta una alimentación calórica y equilibrada, adecuada para favorecer un crecimiento y desarrollo normales del niño. "Lo que se busca es una disminución del índice de masa corporal a largo tiempo. Del mismo modo se trabaja en temas como: publicidad engañosa, imagen derechos personales, alimentación, actividad e inactividad física".

    En opinión de esta especialista, en muchas ocasiones hay una falta de conocimiento por parte de los padres y madres sobre lo que se debe o no comer. "Tampoco se puede hablar de culpa, sino de necesidad de hacer educación alimentaria", insiste. "El sobrepeso en la infancia puede haberse iniciado por diferentes causas, a menudo ésta es emocional: separación de los padres, muerte de un familiar, cambio de domicilio, depresión, ansiedad de los padres... todas ellas pueden dar lugar a un aumento de ansiedad en el pequeño que hace que canalice por la comida sus emociones. Es así como el niño se convierte en el síntoma del conflicto familiar".

    En otros casos, los padres no ven la envergadura del problema, negándose a reconocer que existe. "Sin cambios, sin percibir la situación, el conflicto se acentúa. Sin la ayuda necesaria, el 60% de los niños y niñas con obesidad serán adolescentes obesos; y el 80% de los adolescentes obesos llegarán a ser adultos obesos si no siguen un tratamiento adecuado", sentencia Aga.

    ¿Y cuántas calorías ha de consumir un niño? "La regla es sencilla: partiendo de una base de 1.000 calorías, se añaden 100 por cada año de edad del pequeño. Así, un niño de 3 años necesita unas 1.300 calorías diarias, y si tiene 5 años, cerca de 1.500. Bien repartidas harán que el pequeño no pase hambre. Así no necesitará una sobreingesta de alimentos", precisa.

    el desayuno De la importancia que tiene el desayuno en los escolares, la pediatra es concluyente: un 40% de personas con sobrepeso o obesidad no desayunan. "Hacer esta primera comida de forma completa tiene un efecto muy positivo para mantener el índice de masa corporal en el rango de la normalidad, a diferencia de las personas que no desayunan".

    La pediatra va más allá al recalcar que "no desayunar se relaciona con un menor rendimiento académico y físico durante las horas de las actividades matutinas. El niño a las pocas horas de estar en el colegio tendrá hambre, perderá la concentración, pensará en comida y en el recreo se pondrá la botas ".

    A lo largo de las 11 sesiones semanales de 90 minutos -tanto a padres/madres como a niños- se les explica que no hay que saltarse ninguna de las cinco comidas. "Porque la comida no es acumulable. Los hidratos de carbono de absorción lenta -tres horas y media- son los que más tardan en digerirse y les permiten no pasar hambre en ese tiempo. Así se evita que pique entre horas, lo que le haría engordar. Otra ventaja de las cinco comidas al día, en vez de limitarse a las tres principales, es que el niño hace trabajar más a su aparato digestivo y quema más calorías, al hacer la digestión cinco veces al día, en lugar de tres".

    trucos para todos En realidad lo que se ofrecen son normas que sirven para todos. "A media mañana y en la merienda recomendamos un bocadillo, en vez de galletas o fruta. Las comidas y cenas, deben incluir cuatro ingredientes básicos: ensalada o verdura siempre; un alimento protéico (ternera, huevos, pescado...), hidratos de carbono de absorción lenta (pasta, pan, arroz o legumbres) y fruta o lácteo. Hay que cambiar a menudo todos los productos; cuando más variada sea la comida, mejor".

    Al finalizar el programa, los chavales toman más frutas, verduras y pescado. Y casi todos aprenden a hacer un buen desayuno. Sólo un número reducido se resiste a alimentarse bien antes de empezar la jornada, porcentaje que coincide con los pequeños que no consiguen normalizar su índice de masa corporal.

    Las familias participantes tienen claro que apagar la tele en las comidas es una sana costumbre que facilita la comunicación entre padres e hijos. A los pequeños se les propone que dediquen menos horas al ocio sedentario y más a compartir juegos con sus iguales. "Muchos padres dan excesiva importancia a las notas y poca a la práctica de otras actividades. Les animamos a que refuercen las conductas sociales de sus hijos y la participación en deportes de equipo para elevar su autoestima".

    El éxito de "¡Niñ@s en movimiento!" radica en que no es una dieta, sino una filosofía de vida. "La idea es que dure para siempre. El fin es que el niño se alimente de forma sana y que no tenga una relación conflictiva con la comida. De ahí que se le pueda permitir ciertos caprichos de vez en cuando".

    Noticia original http://www.deia.com/2010/02/21/sociedad/la...e-vence-en-casa
     
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