dietas desde la infancia

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    Obesidad Infantil: dietas de adelgazamiento durante la infancia
    Lic. Marcela Licata - zonadiet.com

    Cada vez son más los niños obesos en todo el mundo, lo cual resulta muy preocupante y alarmante desde el punto de vista de la salud pública y del modo de vida de la sociedad en la que estamos viviendo.

    El cambio de actitud y de hábitos saludables es la base para poder afrontar los problemas de sobrepeso.
    La obesidad infantil es una epidemia que traerá consigo graves problemas y trastornos para las futuras generaciones.

    Las grandes causas de este grave problema son exactamente dos:

    El cambio en los hábitos alimenticios,
    La vida sedentaria, es decir la falta de actividad física diaria.
    El cambio de los hábitos en la alimentación radica esencialmente en que se ha pasado de una alimentación natural compuesta por cereales, frutas, verduras y carnes, a la comida rápida, la bollería, las golosinas, los refrescos azucarados y las bebidas colas.
    Este problema se ha agravado aun más porque en muchos lugares de paseo y recreación y hasta en colegios hay una invasión de máquinas expendedoras de bebidas gaseosas azucaradas y de todo tipo de golosinas de formas y colores.

    Con respecto a la actividad física, existe en los niños actuales un comparativo mayor sedentarismo provocado por juegos de video consola, televisión, y demás actividades realizadas desde el sofá.

    Estudios significativos han demostrado que la obesidad acorta la esperanza de vida, por lo cual la próxima generación gozará de una vida más corta, o de menor calidad de vida, en tanto la epidemia sigue avanzando.


    De una manera sencilla nombraremos a continuación los trastornos que están asociados a un niño obeso:

    Un niño en edad escolar necesita una hora diaria de ejercicio, más una hora de juegos.
    Diabetes tipo II,
    Hipercolesterolemia,
    Hipertrigliceridemia,
    Hipertensión,
    Trastornos hepáticos,
    Problemas articulares,
    Trastornos respiratorios,
    Fatiga y cansancio,
    Limitación en sus movimientos,
    Baja autoestima.
    El factor genético juega un papel más que determinante. Un niño tiene un 90% de probabilidades de ser obeso si sus padres lo son.
    Por otro lado, como padres debemos comenzar por dar ejemplo, ya que los niños adquieren los hábitos que ven en casa.
    Toda la familia debe actuar en consecuencia, y así ayudar al niño a que tome conciencia del grave problema que padece.

    Ante una dieta de reducción de peso o adelgazamiento durante la infancia se debe de tener mucho cuidado, y nunca realizar dietas muy restrictivas, puesto que el niño se encuentra en una etapa de crecimiento y desarrollo.

    La dieta de un niño debe seguir estas pautas:

    Lo primero es hacerles entender que la restricción de ciertos alimentos es para su bienestar y por eso debe aprender a comer de forma saludable.
    El menú diario debe constar de tres comidas principales: desayuno, comida y cena, y agregar dos meriendas, una de media mañana y otra de media tarde.
    Las meriendas deben estar constituidas por lácteos y frutas.
    Evitar comprar y tener en casa aquellos alimentos que el niño no puede consumir, como ser chocolates, golosinas, caramelos, bollería, patatas fritas y snacks grasos.
    Todos los miembros de la familia deben comer de forma sana y no hacer un menú especial evitando así que el niño se sienta apartado y obligado.
    Usar métodos de cocción que no sean frituras, es decir, horno, plancha, hervido, al vapor, parrilla y torrado.
    Evitar los rebozados.
    Aliñar (condimentar) con muy poco aceite.
    Suprimir el azúcar, la miel, como así también los alimentos que las contengan (galletas, refrescos azucarados, caramelos y golosinas)
    Absolutamente prohibido consumir bollerías y amasados de pastelería.
    Evitar los embutidos y elegir solo aquellos bajos en grasas.
    Las raciones de patata, pasta y arroz deben ser moderadas, aproximadamente unos 150 gramos al día en peso cocido.
    El pan debe consumirse también de forma controlada, unos 50 gramos diarios son suficientes.
    Los lácteos deben consumirse en la forma semidesnatada, o enriquecidos con omega 3. Un vaso de leche, más dos yogures, más 40 gramos de queso desnatado son las porciones adecuadas para un niño en etapa de desarrollo.
    Consumir legumbres dos a tres veces a la semana.
    El consumo de alimentos frescos es primordial : frutas (2 unidades diarias) y verduras.
    Aumentar el consumo de pescado: una porción por día es lo ideal.
    Las carnes rojas también son necesarias por su alto aporte de hierro. Deben elegirse las magras y quitar toda grasa visible.
    Los huevos deben consumirse en una frecuencia de tres a cuatro unidades semanales.
    Para ayudar en esta batalla, en muchos colegios y distritos en Estados Unidos y Canadá se han reemplazado las máquinas expendedoras de productos extremadamente calóricos, por otras alternativas que incluyen frutas y alimentos frescos. Lo cual ha demostrado eficiencia en ayudar a mejorar la mala tendencia alimenticia. Sin embargo, esto siempre debe estar complementado por un esfuerzo de los padres para mejorar la calidad de la alimentación en el hogar.

    Con respecto a la actividad física diaria, hemos mencionado anteriormente que se pasan muchas horas frente a los videojuegos o al televisor, lo cual resulta muy perjudicial para su salud y para mantener un peso adecuado.

    Es importante remarcar que un niño en edad escolar necesita una hora diaria de ejercicio, más una hora de juegos.
    También en este aspecto los mayores deben dar el ejemplo, dar paseos, caminatas, ir a andar en bici, llevarlos al parque para que puedan jugar al aire libre , subir escaleras, patinar, o simplemente apuntarlos a algún deporte que sea del agrado del niño y que disfrute del mismo.

    No deben ver al ejercicio como una obligación, sino que deben disfrutar y pasárselo bien, ya sea en grupo con otros niños o con la propia familia. Cuando un niño tiene sobrepeso la realización de ejercicio puede costarle y fatigarle, por lo cual todo debe realizarse de manera gradual y con mucha psicología. Deben sentirse siempre muy motivados emocionalmente por sus padres.
    El ejercicio físico es la mejor opción para ayudarle a quemar calorías y para que adopte costumbres saludables.


    El cambio de actitud y de hábitos saludables es la base para poder afrontar los problemas de sobrepeso. Toda estrategia que se pueda utilizar para ayudar y activar a su hijo será bien agradecida. Debe armarse de paciencia para que esos cambios perduren a lo largo de toda su vida.


    http://www.zonadiet.com/salud/obesidadinfantil.htm
     
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