Comer de forma rápida

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  1. Rosan
     
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    Comer rápido engorda, porque hace comer más cantidad

    La sensación de saciedad tarda un tiempo hasta que el cerebro la envía al estómago para dejar de comer. Si comemos rápido, no damos tiempo a que llegue esa señal y seguiremos comiendo. Por eso, comer rápido engorda.

    La sensación de saciedad hace que no comamos en exceso. Cuando llega al estómago nos sentimos saciados y dejamos de comer. El problema es que tarda en llegar, de forma que si comemos muy rápido es probable que comamos en exceso y engordemos. Y además puede sentarnos mal, pues podemos tener molestias digestivas.

    El mecanismo de la sensación de saciedad es complejo e implica aspectos neurofisiológicos y hormonales, entre otros, regulados por el centro de la saciedad, que está en el hipotálamo. Pero lo importante es saber que tarda de 20 a 25 minutos en llegar. Por ello, una comida debe durar por lo menos 30 minutos. Y es conveniente, además, esperar un poco entre plato y plato.


    Por lo anterior, hay que tener muy claro que comer demasiado rápido puede ser una causa de obesidad o sobrepeso. Y por esa razón, hay que intentar evitarlo por todos los medios.

    Las causas de comer rápido pueden ser muchas: tal vez lo hagamos de forma inconsciente, o en realidad tenemos poco tiempo, o quizá nos organizamos mal o dedicamos a otras cosas el tiempo disponible para comer: preparar la comida, descansar, ir al gimnasio...

    En todo caso, debemos reaccionar y, una vez aceptado que comemos demasiado deprisa, poner las medidas necesarias para evitarlo. Tal vez tengamos que pagar un cierto precio por ello, pero seguro que salimos ganando por la mejora de nuestra imagen y, sobre todo, nuestra salud.

    En función de cuál sea la causa de comer rápido, deberá ser la solución. Además de tomarnos nuestro tiempo y masticar bien los alimentos, quizá debamos dejar la comida preparada del día anterior, o llevar la comida en una fiambrera para ahorrar el tiempo de ir al restaurante más el que tardan en servir, o preparar menús más sencillos... la solución al problema la sabemos nosotros mismos mejor que nadie.

    La comida rápida descontrola nuestro apetito

    Cada vez son más las personas que acuden a comer a restaurantes de comida rápida, y si es cierto que en menos de una hora hemos terminado de comer, también es cierto que estamos haciendo mucho mal a nuestro organismo, y no solamente por el tipo de alimentos que comemos, sino, y principalmente por el poco tiempo que dedicamos a la comida.

    Según un último estudio realizado por Carlos Diéguez, presidente de la Sociedad española de endocrinología y nutrición (SEEN), quien después de años de estudios con diversos pacientes ha llegado a la conclusión de que habituarnos a comer comida rápida aunque sea saludable, es perjudicial para nuestro organismo a causa de que como su nombre indica, es comida que se ingiere de forma rápida sin que demos tiempo a nuestro cerebro a activar los mecanismos de saciedad.

    El proceso alimenticio de nuestro cuerpo se basa en lo siguiente. Nuestro cerebro nos informa de que necesitamos nutrientes que se traduce en hambre. Para paliar esto ingerimos alimentos que nuestro estómago recibe y nuestro cuerpo procesa, dando la orden al cerebro de que ya no necesitamos más y por lo tanto se traduce en saciedad dejando de comer. Con la comida rápida esto no sucede, pues al ingerirla deprisa no damos tiempo a nuestro aparato digestivo de informar a nuestro cerebro.

    Para evitar esto es necesario masticar despacio y tomarnos el tiempo necesario para comer. Es muy importante que hagamos esto, ya que nuestra saciedad impedirá que ingiramos más alimento del que necesitamos. Una alimentación pausada nos evitará el sobrepeso producido por la sobrealimentación.

    Además, este estudio ha revelado que la comida rápida tiene un bajo contenido en yodo, necesario para realizar nuestras funciones vitales. Es un nutriente necesario en el embarazo, ya que su déficit aumenta el número de abortos y de muertes intrauterinas. Además, es indispensable en la alimentación infantil, pues la falta de este componente en los primeros años de vida puede provocar un descenso moderado del coeficiente intelectual de estos individuos.

    Para evitar todo esto, es aconsejable que retomemos unos hábitos saludables y demos a la hora de la comida la importancia que se merece. No sirve de nada ganar media hora comiendo mal, si nuestro organismo se va a ver afectado por esta carencia. Así que desde Vitónica os recomendamos comer tranquilamente y hacer de este momento un ritual.



    Edited by Rosan - 20/11/2008, 09:00
     
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